Dublín
O´Connell Street. Es la calle principal de Dublín, y comienza en el O´Connel Bridge, que cruza el río Liffey y tiene la particularidad de ser más ancho que largo. La propia calle O´Connel de por sí es una de las más anchas de Europa.
En ella se encuentra la oficina central de correos, multitud de paradas de autobuses (la que conexiona con el aeropuerto también) y el famoso monumento a la luz: The Spire (para nosotros, el pincho), un monumento en forma de aguja de 150 metros de altura.
Dos calles muy comerciales que cruzan O´Conell a la altura de The Spire, son Henry Street y Talbot Street. Al comienzo de ésta última, se encuentra la estatua de James Joyce, un famoso escritor irlandés.
Grafton Street. Es la calle peatonal más famosa de Dublín. Siempre hay mucho ambiente, está llena de tiendas, restaurantes, músicos callejeros, etc. Vamos, que siempre que paséis la veréis llena de gente y bullicio….
…a no ser que paséis por ella un domingo a las 08:00 de la mañana, y os la podéis encontrar así de desértica… (teníamos que madrugar para aprovechar el día jeje)
La calle comienza donde se encuentra la estatua de Molly Mallone, y se extiende hasta el parque St. Stephen´s Green.
La estatua de Molly Mallone, se debe a una canción popular irlandesa (la típica que cantan los borrachos, lo que aquí sería por ejemplo… ¿paquito el chocolatero??), y es llamada “The tart with the cart” (la golfa con el carro). La canción cuenta la historia de una hermosa pescadera llamada Molly Malone que murió en la calle a causa de una fiebre. Cuentan que paseaba empujando un carro por calles de la zona del puerto de Dublín, al grito de «¡¡Mejillones y Berberechos!!».
Al final de Grafton Street, al lado del Parque St. Stephen´s Green, está el centro comercial que lleva el mismo nombre.
Nosotros el parque no lo pudimos visitar, ya que lo dejamos para el final, con la mala suerte de que llovió bastante y nos chafó el plan… pero ya tenemos una buena excusa para volver y conocerlo ^__^
Por lo tanto St. Stephen´s Green Shopping Centre, sí que lo conocimos, ya que nos resguardamos ahí de la lluvia… Está muy chulo, tiene los techos de cristal y una estructura de columnas blancas.
Hay más de 100 tiendas, y entre ellas no podía faltar la típica tienda de souvenirs en Dublín: “Carrolls”. Ahí podréis comprar de todo: un abridor de la Guinness, un trébol de cuatro hojas auténtico, camisetas de rugby, bombones de chocolate en forma de oveja o una taza con el duende irlandés “Leprechaun”. Todo un repertorio vamos, os dejo una fotillo para que os hagáis una idea…
Guinness Storehouse (Fábrica Guinness). Quién le iba a decir al bueno de Arthur Guinness, que la cerveza que comenzó a fabricar en 1759 en la St. James’s Gate Brewery de Dublín, se convertiría en uno de los símbolos del país.
Nada más llegar a la zona donde se encuentra la Fábrica, ya notas el olor peculiar como a quemadillo, y es la cebada de la Guinness tostándose. Actualmente la cerveza se fabrica en naves cercanas, pero lo que era antiguamente la verdadera fábrica, ahora es un museo donde te muestran como se elaboraba la cerveza antiguamente, e intentan mostrarte la historia de la marca.
Durante el recorrido vas pasando por las distintas fases de elaboración: agua, cebada, lúpulo… también por la historia de la cerveza: los medios de transporte que utilizaban para su distribución, una sala de «catas» donde ya tomamos contacto con el sabor (y te dejan con la miel en los labios…), los antiguos anuncios publicitarios, y como no una tienda oficial donde comprarte cualquier cosa que imagines sobre la Guinness.
Pero lo mejor llega al final… en la última planta del edificio (6ª planta) está el Gravity Bar, en el que enseñando la entrada, que sale cara (unos 15€), te regalan una pinta de Guinness y aquí amortizas una parte, y te la tomas mientras disfrutas de las vistas geniales de toda la ciudad.
Como mandan los cánones, tuvimos que esperar para beberla: primero llenan el vaso hasta que quedan dos dedos, la dejan reposar durante… dos minutos! (se hacen enternos…), rellenan lo que queda con la espuma y… listo! Como dicen allí al brindar: Cheers!
Nos contaron allí, que tomando únicamente dos pintas de Guinness y un limón, una persona obtiene los nutrientes necesarios para alimentarse en un día. No sé yooo…
Temple Bar. Es una de las zonas con más ambiente nocturno, donde se concentran una gran cantidad de pubs, incluido el que se llama igual que la zona: El Temple Bar.
Eso sí, si sales de cervezas prepara el bolisllo, porque aquí 20 eurillos no te duran las mismas rondas que en España!!
Café en Seine. Me habían recomendado entrar aquí, por lo pintoresco que es. Por la deocración, te parecerá que estás en un café de París en los años 30. Que mejor sitio para resguardarse de la lluvia y tomarse un café irlandés (eso sí, pagándolo bien: 5 €). Está en Dawson Street 40.
Christ Church Cathedral. Siempre se oye hablar de San Patricio, pero la verdad que esta iglesia nos gustó mucho más.
Ha’Penny Bridge, el puente del medio penique. Se llama así, porque antiguamente había que pagar esa cantidad, para cruzar de un lado al otro del río Liffey. Por suerte, en 1919 se dejó de cobrar.
The Custom House (casa de aduanas).
Trinity College. Es la mejor universidad de Irlanda, también con un gran prestigio internacional. Aquí estudiaron, entre otros personajes ilustres, Oscar Wilde y Samuel Beckett. En la biblioteca, que es impresionante (creo que es la que sale en la peli de Harry Potter), pudimos ver el Libro de Kells, un manuscrito de hace más de 1.000 años realizado por monjes.
Catedral San Patricio, santo patrón de Irlanda.
Clare Street, con las típicas puertas de colores.
Estatua de Oscar Wilde, en Merrion Square Park. Muy cerca de la estatua se encuentra también la que fue la casa del escritor.
Ida: sábado 5 de septiembre de 2009, 10:10 / 11:40
Vuelta: domingo 6 de septiembre de 2009, 18:05 / 21:35
Me voy a Dublin en 2 días y me ha sido muy útil todo lo que has puesto en este blog ya que estaba totalmente perdida.
No dejes de escribir sobre tus viajes;)