“Ávila es piedra, granito, arenisca, torreones y puertas. Ávila es la luz que la ilumina, la hace piel, tacto, la llena de matices y texturas. Piedra y luz conforman este escenario magnífico, en el que a la sombra de su muralla y su catedral se cobijan palacios e iglesias, conventos y monasterios, callejas y plazas, rincones y zaguanes. En los que habitaron celtas, bettones, romanos, árabes, moriscos, francos, reyes y santos, serranos y soldados. Hombres y mujeres de 20 siglos, que Santa Teresa elevó, colmó de fuerza y de sentido”
Con el texto anterior, que se encuentra en un panel informativo, intentan contarte un poco de su historia. Y es que el ambiente medieval se respira por todas partes en esta ciudad amurallada. La iglesia de San Vicente y la Catedral. La muralla, que está perfectamente conservada y es Patrimonio de la Humanidad. «Ávila de los caballeros» se la conoce, y es que paseando, es fácil imaginarse el ambiente jinetes con armaduras montados a caballo en la edad media…
La muralla se extiende a lo largo de 2 km y medio aproximadamente, y el grosor es de unos 3 metros. Por supuesto que se pueden visitar (unos 3 €) y merece la pena pasearte entre almenas.
Para reponer fuerzas, es menester un buen chuletón (de Ávila, por supuesto!) entre pecho y espalda. Y para merendar y para los más golosos, unas Yemas de Santa Teresa, el dulce típico que podemos encontrar en cualquier pastelería de la ciudad. Mmmmm!
Febrero de 2009
Hace años hice este recorrido, me lo has recordado con tus fotos.