Granada
La Alhambra. Sólo el nombre, que procede del árabe (fortaleza roja), ya impone. Se trata de una ciudad amurallada situada en lo alto de una colina, vigilando la ciudad de Granada. Se tiene constancia de su existencia desde el año 889, pero no fue hasta el siglo XIII cuando alcanzó su mayor crecimiento y esplendor. Podía funcionar con independencia respecto a la ciudad, ya que tenía todos los servicios propios y necesarios para la población que vivía allí: palacio real, mezquitas, escuelas, talleres, etc. No faltaba de ná. El estilo de la arquitectura, es musulmán, debido a sus primeros reyes. Pero a lo largo del tiempo se ha ido transformando, añadiendo nuevas construcciones y remodelando algunas antiguas, en función y por los gustos de sus sucesivos dueños, y a partir de la época de los Reyes Católicos se terminaron de dar los últimos “retoques”.
Desde las grandes torres de La Alcazaba, se vigilaba y protegía La Alhambra. Empezamos la visita en la Torre del Cubo, y desde aquí se obtienen unas vistas impresionantes de todo el laberinto de calles y casitas blancas del barrio del Albaicín, que se encuentra bajo los pies de La Alhambra, y se trata de una antigua ciudad medieval musulmana.
Pero el Salón de Comares no se queda corto, aquí no hay ni un resquicio de pared que no esté decorado, casi todo con inscripciones en árabe de poemas y fragmentos del Corán. Impresionante.
Llegamos al Patio de los Leones, mejor dicho, al Patio a secas, porque los leones los estaban restaurando… El patio está rodeado de una hilera de columnas, y tiene una planta rectangular con una fuente en el centro a la que llegan cuatro arroyos desde lo que eran las habitaciones privadas del sultán y sus mujeres. Sigo tirando de Wikipedia (como bien estaréis deduciendo, queridos Watsones) y lo que ahora es un suelo de tierra, antes era césped, por lo que este patio representaba la idea musulmana del paraíso.
Al entrar en el Palacio de Carlos V, parece que nos hemos “teletransportado” a otro lugar, ya que da la impresión de palacio romano y no encaja con el estilo islámico del resto de La Alhambra.
Los Jardines del Generalife, son un remanso de paz y tranquilidad. Patios, jardines, flores… Nada de ostentosidades como veníamos viendo, todo es más sencillo. Aquí sería donde los reyes que vivieron en La Alhambra se relajarían de su “estresante” vida de lujos…
La entrada a La Alhambra cuesta 13 €, y se puede llegar en transporte público. Un autobús que sale desde la Plaza de Santa Ana te deja en la puerta, o también se puede subir andando. Si os decidís por la opción de «castigar» vuestras piernecitas, al final del paseo de los Tristes, cruzando el río Darro por un puente, comienza la Cuesta de los Chinos. Es un camino que llega hasta La Alhambra y que por su nombre os podéis hacer una idea de la inclinación que tiene y lo que cuesta subirlo… (nosotros lo hicimos, pero de bajada..).
Dicen que para contemplar las mejores vistas de La Alhambra, hay que subir al Mirador de San Nicolás, una pequeña plaza en el barrio del Albaicín. Y la verdad que no se equivocan, las vistas son geniales. Además el ambiente cuando nosotros estábamos allí, con músicos tocando flamenquito, y un pequeño mercadillo “hippie”, ayudaba bastante. Eso sí, tiene que ser preciosa la vista nocturna de La Alhambra desde aquí, así que para la próxima visita queda pendiente. Anotado!
Imposible no mencionar «el tapeo» granadino. Acompañando una cañita, en los bares te sirven una tapa que más bien podría llamarse.. ración!. Así da gusto!!
Para terminar, pienso que si cada recinto de La Alhambra (Palacios Nazaríes, Torres, Generalife, etc…), individualmente estuviera localizado en otro punto de España, ya supondría por sí sólo un punto importantísimo de interés. Pues imaginaos todos juntos… Me parece un lugar impresionante!
Por cierto, en el concurso realizado en el 2007 “Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo”, La Alhambra fue uno de los 21 candidatos finalistas, pero finalmente no logró estar entre las elegidas. Y pensar que sí lo está el Cristo de Río de Janeiro!! Aunque no lo conozco (y tiene que ser grandioso), creo que La Alhambra se lo hubiera merecido más… Ahí lo dejo tongue
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[…] zonas de baño. El patio principal incluso nos recordó, salvando las distancias, a la Alhambra de Granada, y tenía algunos detalles que nos llamaron mucho la atención. En la salida había unos artesanos […]