Llegada a Viena, los palacios de Sisí y el parque de atracciones

Llegada a Viena, los palacios de Sisí y el parque de atracciones
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Interraíl día 4, Viena: Sáb 06/08/2011
Aunque ya habíamos pasado tres jornadas en Cracovia, hasta que no llegó la noche del tercer día no comenzaba la verdadera aventura, el auténtico Interraíl. Teníamos cierta inquietud porque no sabíamos muy bien que nos encontraríamos en los trenes polacos, pero resultó que el trayecto Cracovia-Viena está muy frecuentado por turistas (al menos en verano) y había bastantes en nuestro vagón. Dormimos en un compartimento para 6 personas con literas, que únicamente estaba ocupado por nosotros y dos chicas jóvenes polacas que iban a estudiar a la universidad de Viena. Fue una noche tranquila, únicamente nos desveló el control policial que hacen para pedir los pasaportes, que como era la primera vez que nos pasaba, os podéis imaginar nuestras caras cuando a las dos de la madrugada aporrearon la puerta de nuestro compartimento unos policías que entraron a grito pelao diciendo “Police! Passport control!!” Pero era algo normal que nos acompañaría en el resto de trayectos y nos acabamos acostumbrando que acabaríamos asumiendo. A mitad de la noche, en una de las paradas intermedias que hace el tren de madrugada, entraron en nuestra habitación dos chicas también turistas que provocaron un ataque de risa que les duró una hora a las polacas, cuando una de ellas al subirse a la litera, la escalera se soltó y la chica cayó de espaldas arrastrada por el peso de su mochila pegándose una leche tremenda… jajaja. La verdad que no se nos hicieron nada pesadas las 8 horas y pico de trayecto, dormimos más o menos bien y a las 06:20 de la mañana llegamos puntuales a la estación Wien Westbahnhof. Después de reservar los billetes de tren para ir a Budapest, trayecto que haríamos tres días más tarde, nos fuimos andando a nuestro hostel pues estaba cerca de la estación. Dejamos las mochilas en la recepción porque nuestra habitación aún no estaba lista, así que después de desayunar algo nos fuimos al metro (U-Bahn) para comenzar cuanto antes a descubrir esta nueva ciudad.
Palacio de Schönbrunn (Viena)
Palacio de Schönbrunn
Y que mejor que comenzar por uno de los lugares más famosos, conocido como Versalles vienés, el enorme Palacio de Schönbrunn. Este edificio del siglo XVII situado fuera del centro neurálgico de Viena, era la residencia de verano preferida por la familia imperial de los Habsburgo, sobre todo de la célebre princesa Sisí, que disfrutaba de sus enormes jardines y de la tranquilidad que se respiraba en este lugar. Comenzamos visitando el interior, para ello compramos el Classic Pass que nos costó 14,90 € por persona con tarifa reducida (la normal 16,50 €). Sí, un precio realmente abusivo, aunque poco a poco iríamos comprobando que los precios en general de esta ciudad no son precisamente baratos… Acompañados por las explicaciones de la audioguía, disfrutamos con la exquisita decoración de las 40 habitaciones que se pueden visitar (el palacio cuenta con más de 1000), como los apartamentos del emperador Francisco José y la emperatriz Isabel, las salas de Estado o la impresionante Gran Galería.
Interior Schönbrunn
Plano Palacio Schonbrunn
Mapa del Palacio de Schönbrunn (click para ampliar)
Nada más salir del enorme palacio, característico por su color amarillo, ante nosotros se extendía una gran explanada, y nos dimos cuenta de que la superficie que ocupa Schönbrunn es descomunal. En la parte izquierda se encuentran los jardines privados, conocidos como jardines del príncipe heredero. La sensación al caminar por allí es como estar en una película, parece que en cualquier momento nos vamos a cruzar con Sisí o con un carro de caballos de época.
Jardines Schönbrunn
Jardines del Principe Heredero en Schönbrunn
La fuente de Neptuno preside la parte baja de los jardines, y pegado a ella hay un parque “infantil” donde nos lo pasamos pipa, sobre todo en su gran laberinto que nos atrapó durante al menos 15 minutos!
Fuente de Neptuno en Schonbrunn
Laberinto Schönbrunn
Laberinto de Schönbrunn
Para llegar a la parte alta hay que salvar un gran desnivel, subimos por un camino serpenteante que compensa la fatiga con unas bonitas vistas, y una vez arriba, a los pies de un gran estanque se levanta la Glorieta. Es un edificio alargado en forma de arco del triunfo coronado por un águila imperial, cuya azotea hace de mirador excepcional de todo el palacio y sus jardines. Allí descansamos unos minutos antes de despedirnos de Schönbrunn, habíamos empleado toda la mañana pero aun así debido a su gran tamaño dejamos cosas sin visitar, como un pequeño zoo del que dicen es el más antiguo del mundo.
Glorieta de Schönbrunn
Vistas del palacio de Schönbrunn desde la Glorieta
Pusimos rumbo al centro de la ciudad, y después de comer algo en el Mc Donald´s que hay cerca de la Catedral en Stephansplatz (que visitaríamos al día siguiente), caminamos hasta el Palacio de Hofburg, residencia principal de la antigua realeza austríaca durante más de 600 años, sobre todo de los Hasburgo. De nuevo, fuimos víctimas del elevado precio de las visitas, esta vez fueron 9,50 € por cabeza con reducidda (10,50 € tarifa normal), pero bueno al fin y al cabo no se sabe cuando se va a volver y a uno de los imprescindibles no se le pude decir que no. La entrada (audio guía incluida) nos permitía visitar tres partes del complejo: los apartamentos imperiales, el Museo de Sisí y la platería de la corte.
Carro de caballos en Viena
Palacio de Hofburg
En el Museo de la platería de la corte encontramos cantidad de objetos como vajillas de porcelana, algunas realmente sorprendentes por sus cuidados dibujos, piezas de cubertería, cristalería y mantelería que la familia imperial utilizaba en sus eventos culinarios. Desconozco el número de piezas que se exponen, pero diría que son miles, y me pregunto si realmente llegarían a utilizar todas ellas…
Platería de la corte en Hofburg
La siguiente parte de la visita nos llevó al Museo Sisí, donde pudimos ver vestidos, retratos, la habitación y pertenencias de Isabel de Baviera, la conocidísima emperatriz Sisí. Su figura se ha convertido en uno de los reclamos turísticos más importantes de Viena, y este museo es uno de los lugares más visitados. Su vida estuvo marcada por multitud de trágicos sucesos, y es recordada sobre todo por su rebeldía y obsesión por su delgadez, que llegó a ser enfermiza. El museo recorre las diferentes etapas de su vida, y no podía faltar una parte dedicada a las numerosas películas que se han rodado, las más conocidas protagonizadas por Romy Schneider. Aunque María sí había visto alguna de esas pelis y disfrutó más que yo con el museo, no puedo negar que es una visita curiosa y que se hace muy entretenida.
Museo de Sisí en Hofburg
La última parte del palacio que visitamos fueron los Apartamentos imperiales, donde realmente residían Francisco José e Isabel con toda la corte. Al igual que en Schönbrunn, la decoración de las diferentes estancias está cuidada hasta el mínimo detalle, con abundantes estucos, pinturas y tapices, además de muebles y lámparas de época.
Apartamentos imperiales en Hofburg
Patio del Palacio de Hofburg
Llevábamos ya una larga jornada que empezamos bien temprano, que sumado al cansancio del viaje en el tren nocturno (por bien que lo llevásemos no se duerme plenamente bien en una estrecha litera…), nos hizo recogernos pronto en el hostel para echarnos una de esas siestas a deshoras que bien conocéis los viajeros, y que taaaan necesaria es a veces. Después del merecido descanso (del que despertarnos sin saber que hora era ni donde estábamos), decidimos salir para aprovechar la tarde-noche. Y elegimos un lugar muy especial, de los más concurridos a esas horas por turistas y locales, el parque de atracciones conocido como Prater. Se encuentra situado en un verde parque y la entrada es gratuita, sólo hay que pagar si uno quiere montarse en alguna de las más de 250 atracciones que contiene, algunas modernas y otras más antiguas, como la nostálgica Noria Gigante, que fue inaugurada en 1897 y es una de los símbolos de Viena. No subimos a la noria por su elevado precio (creo que eran unos 9 €), aunque sí montamos en otras más asequibles (de 1,50 a 3 €), como los refrescantes rápidos o unas alfombras voladoras. El ambiente es increíble y fue unas de las cosas que más nos gustaron, un punto y final perfecto para la primera de las tres jornadas que pasamos en la capital austríaca.
Prater
Noria del Prater
Alfombras en el PraterSillas voladoras en el Prater

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6 Comentarios

    Cuando estuve en Viena comprendí porque la llaman la ciudad imperial!!Impresionan sus palacios, edificios señoriales y su majestuosa arquitectura Me encanta!!
    Saludos

    José Carlos DS 1 diciembre, 2011 Responder

    No me extraña que digan que es el Versalles vienés, si es que en muchas tomas parece que estamos en Francia, preciosos los jardines, está claro que intentaré visitar Viena en primeravera/verano que es cuando lucen mejor.

    Menudos precios, está visto que no se andan con tonterías, ¿que tal de precio están los alojamientos alli?

    Por cierto, que pena no haber grabado el momento piñazo en el tren de la polaca jaja

    Saludos!!!

    Author

    > Fran, totalmente de acuerdo. Si la llaman ciudad imperial es por algo. Pasear por sus calles y palacios es como un viaje en el tiempo!

    > Jose Carlos DS, eso dicen sí, aunque aún tengo que conocer Versalles para corroborarlo al cien por cien jejeje. Los jardines en verano estaban muy bonitos, pero en primavera tiene que ser una pasada… Bufff, si llego a grabar esa torta gano algún premio en videos de primera jajaja!

    Gracias por comentar chicos!

    Una guía estupendísima … tengo pendiente mi visita a Viena, pero … lo voy dejando lo voy dejando y … pasa el tiempo, una pena porque viendo las fotos ….

    Un saludo y gracias por compartir.
    Alfonso -the world thru my eyes-
    http://www.thewotme.com

    Author

    > Alfonso, muchas gracias! Es una ciudad que merece la pena, nosotros porque llegamos por tren en el Interaíl, pero los vuelos suelen estar caros… a ver si encuentras algo y te animas pronto. Un saludo!

    Menudo día más completito, veo que no os aburristeis, me encantaría volver a Viena de nuevo ya que hace mogollón de tiempo que fui y por lo que veo ha cambiado y también porque me dejé muchas cosas por ver!!! ;-)

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