Interraíl día 5, Viena: Dom 07/08/2011
Cuando uno se dispone a visitar algunos de los puntos turísticos más importantes de Viena, lo más probable es que la jornada empiece y acabe en la parada de metro de Stephansplatz, la céntrica plaza en la que se encuentra la Catedral de San Esteban (Stephansdom). Allí comenzamos nuestro quinto día, junto a esta iglesia de estilo gótico que data del 1147 y que es la más importante de la ciudad. Lo más característico es su gran torre con forma de aguja que alcanza los 137 metros, y el precioso tejado que cuenta con más de 230.000 tejas de diferentes colores. Una parte de la fachada la pillamos en proceso de restauración, algo entendible porque estaba muy ennegrecida.




El interior lo visitaríamos al día siguiente, así que nos limitamos a recorrer la plaza rodeando la impresionante catedral para contemplarla desde todas las perspectivas posibles. Como estábamos en el núcleo del Ringstrasse, la calle circular que rodea el centro conocida como el anillo de Viena, teníamos a un paso muchas de las principales visitas. Ya nos habíamos percatado por qué Viena es conocida como la ciudad imperial, pero en este paseo comprobamos que la grandiosidad de sus construcciones no sólo está reflejada en los palacios, sino que también es visible en los edificios de las calles del centro. Y buen ejemplo de ello es la concurrida calle Graben, donde encontramos la ostentosa Columna de la Peste, nombrada así porque fue levantada para celebrar el fin de la peste de 1679.


En una calle perpendicular a Graben, se asoma encajada entre paredes la Iglesia de San Pedro(Peterskirche). A primera vista puede parecer sencilla por su estrechez, pero su verde cúpula alberga una lujosa decoración interior que por sus detalles dorados, esculturas y frescos, la hace una de las más importantes de la ciudad.
Continuamos andando hasta cruzar el Palacio de Hofburg, que habíamos visitado el día anterior, y dejando atrás la Heldenplatz llegamos a un verde parque llamado Burggarten, donde un monumento al compositor austriaco W. A. Mozart preside una colorida clave de sol en sus jardines.
Llegaba ya el mediodía, y la hora del tentempié era la excusa perfecta para probar el dulce más típico de Austria: ¡la Tarta Sacher! Los ingredientes que componen esta pequeña delicia son: bizcocho de chocolate, mermelada de albaricoque, y chocolate negro por encima… vamos, una gozada para los sentidos sobre todo para los golosos como nosotros. La probamos en una cafetería, y la porción nos costó 2,70 euros, pero os puedo asegurar que mereció la pena. Que hambre de repente, no? smile

Al salir de la cafetería, frente a nosotros teníamos el teatro de la Ópera Estatal de Viena (Wiener Staatsoper), quizás la más importante compañía de ópera del mundo. El edificio fue inaugurado en 1869, aunque en 1945 fue parcialmente destruido por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, volviendo a abrir sus puertas en 1955 tras su reconstrucción. Para visitar el interior, se tiene que hacer con una visita guiada en español, la entrada cuesta 6,50 € (la reducida de «estudiante» que compramos nosotros 3,50 €).
La visita fue de lo más entretenida, gracias en parte al guía que nos tocó, que era muy majete e hizo que las explicaciones no fusen el típico tostón. Durante el recorrido pasamos por la parte de atrás del escenario, el auditorio que cuenta con 2300 butacas (subimos incluso al palco), la esclaera central y algunas salas realmente bonitas.
En septiembre tiene lugar el famoso baile de apertura que se celebra en el auditorio, y para la ocasión retiran todas las butacas e instalan una gran pista de baile. Cualquiera puede acudir gratuitamente a este evento, eso sí, deberá cumplir una serie de requisitos que quizás dificulten un poco el objetivo, como tener entre 17 y 24 años, saber bailar el vals hacia la izquierda (más difícil si cabe), y superar una audición ante un jurado. No había dicho que fuera fácil…



La temporada de ópera se prolonga durante 10 meses desde septiembre hasta junio, con más de 300 actuaciones. Los precios… pues por ejemplo, para ver una actuación de Placido Domingo en las primeras filas, se pueden pagar hasta 250 euros. Sin embargo, si lo vemos desde una de las localidades de pie, bajo el palco imperial y prácticamente con la misma visibilidad que las otras, por unos 4 euros se puede disfrutar de la experiencia en la ópera. La única pega, es que estas entradas sólo se venden el mismo día de la representación unos 90 minutos antes, así que imagino que no debe ser sencillo…


Por la tarde nos acercamos hasta la Plaza de México (Mexikoplatz), en la que se encuentra la Iglesia de San Francisco de Asís, que nos encantó por sus aires de castillo medieval. Su interior no tiene nada en especial, pero merece la pena acercarse hasta aquí para ver esta iglesia no muy conocida. Además, se encuentra pegada a la orilla del Danubio, por lo que aprovechamos para contemplar durante un rato el caudal de este gran río, que pasa por varias grandes ciudades europeas y con el que nos cruzaríamos en dos etapas más del viaje.
Preciosa y elegante Viena, como siempre!. Uno de mis mayores disfrutes fue ver ópera en directo. Una experiencia total!!!
Saludos
Vaya pues por lo visto, el "si vas a Viena no te pierdas la opera" no es tan solo un topico sino un hecho constatado.
Deberé tenerlo en cuenta para mi próxmina visita a Viena.
Gracias por compartir.
Alfonso http://www.thewotme.com
Nota mental. Tengo que seguir con tus diarios y no leeré este hasta que no me ponga al día… Cierro nota mental. ;P
Me ha parecido muy bonita la iglesia de San Francisco de Asís. No había leído sobre ella antes… Eso sí, la ciudad tan monumental como me la imaginaba.
Un saludo
Hola Dany!
Vaya tartita que os metisteis entre pecho y espalda, eh?
Se nota que es la hora de la merienda.
Viena es sin duda una ciudad como bien ha dicho Fran, elegante.
Un saludo!
:)
Me ha encantado el post! Como buena melómana que soy y aficionada a la música clásica, me ha parecido súper interesante todo lo que has contado sobre la ópera de Viena, estoy deseando ir. Aunque desde luego no será a bailar el vals jejeje. Un saludo!
Impresionante!! Ya pudisteis traer un trozo de la tarta Sacher, qué rica!! ñam ñam :P
Hola Dani,
Me lo has puesto muy dificil con esta excelente reseña sobre Viena. Yo la tengo en la cocina, después de nuestra visita el pasado octubre. Y llevas razón, la tarta esta estupenda, doy fe.
Excelentes fotos. Un abrazo ciudadano viajero.
> Fran, pues que suerte tuvieste! Seguro que es una experiencia chulísima, a mí la ópera no es ue me llame la atención, pero poder ver una función en este mítico lugar tiene que ser una pasada.
> Víctor, no te preocupes jejeje. A mí también me pasa lo mismo a veces, pero uno no tiene siempre tiempo para leer todo. Cuando tengas un hueco ya te pondrás al día con mis relatos ;)
> Helena, esa iglesia es muy bonita y como decía no muy conocida. Merece la pena acercarse hasta allí, además es muy fotogénica :)
> Non gogoa han zangoa, ya te digo vaya aperitivo que nos zampamos jejeje! Y no fue el único día, al siguiente también la probamos en otro sitio… me encanta!!
> Aran, muchas gracias, me alegro que te haya gustado el post! Pues si eres aficionada a la música clásica, si vas a la Ópera seguro que te encantará. Y si a parte de la visita guiada consigues comprar alguna entrada mejor que mejor! Lo del vals, va a ser que está difícil… jejeje.
> Artabria, pues traerla no porque se estropea, pero el otro día la hicimos en casa y no te creas que nos quedó mal, eh? Si quieres te paso la receta :p
> Jose Manuel Beltrán, pues estás recién llegado entonces! A ver que nos cuentas tú en tu blog sobre Viena, estaré atento :)
Qué bonita es Viena!! No me la imaginaba así!
Pues no está mal de precio la tarta Sacher!! Una de mis preferidas!! Mmmmm!!!! Yo he llegado a tomarla mucho más cara en España y seguro que no estaba tan buena como la vuestra!
Saludos
Cuando las calles de una ciudad son ya un monumento en sí, es buena señal, me encanta Viena y es un lugar al que tengo ganas de ir.
Muy bonita la ópera e interesante el tema de los precios, a saber esas entradas a 4 euros como se venden, seguro que hay más de un empujón xDDD
Saludos!!!
Debió ser un viaje fantástico, siempre he tenido interés por Viena y ahora que vienen las Navidades, la ciudad debe estar preciosa.
> M.C., pues el siguiente día la encontramos más barata en un mercado, y lógicamente volvimos a caer en la tentación… jejeje
> Jose Carlos DS, como bien dices la majestuosidad de sus calles es ya un punto de interés, sin ser ningún momumento. El tema de las entradas de última hora en la ópera, imagino que será en plan de irse con el saco de dormir a hacer cola… jajaja
> Fran, el viaje fue una pasada, recomiendo hacer un Interraíl a todo el mundo que le guste viajar. Y ahora que lo dices pues tienes razón, en navidad Viene tiene que lucir preciosa :)
¡Gracias por los comentarios!
Lo de la tarta fue un puntazo, yo también caí cuando estuve allí, jejejeje. Y el típico café vienés, estuvimos en una cafetería que a los españoles les regalaban una taza con el café porque normalmente se las solían llevar, así les evitaban el sofoco, jejejeje. La catedral veo que sigue negra, menos mal que la están restaurando porque no se puede admirar todo su encanto entre tanto negro. Un abrazo. ;-)