El casco histórico de Toledo

Danos tus estrellas!

He retrocedido varios siglos atrás o me encuentro en medio de un decorado de película medieval. Esa es la sensación que me invadió al volver a pisar Toledo, una ciudad que bien merece una visita de fin de semana y más para los madrileños que nos queda a tiro de piedra. Salimos de Leganés con el coche un sábado por la mañana y en apenas cuarenta y cinco minutos nos plantamos en la capital de Castilla La Mancha, dejamos el coche en el parking gratuito que está al lado de la estación de autobuses, y desde allí caminando tres minutos llegamos a la entrada principal del casco histórico, la Puerta Bisagra. Declarada ciudad Patrimonio de la Humanidad, sus perfectamente conservados monumentos, como la muralla que la rodea, nos recuerdan que estamos en un lugar que ha visto como sucedían mil y un acontencimientos. Perderse por sus empinadas calles sin mapa ni rumbo fijo, es la mejor idea para descubrir los encantos de esta histórica ciudad.

Lo primero que encontramos al cruzar la puerta es una de las tantas iglesias de la ciudad, pero el hecho de que durante siglos Toledo fuese poblada por cristianos, judíos y musulmanes hace que además también podamos toparnos con mezquitas y sinagogas. Continuando por la calle Real del Arrabal llegamos a la Puerta del Sol, pero no penséis en la madrileña plaza donde se celebran las campanadas de año nuevo, se trata de una puerta situada entre dos torreones que fue construida para acceder a la ciudad amurallada. Ya podíamos sentir el espíritu medieval que se respira en sus calles.

No llevábamos ni cinco minutos andando y era más que notable el desnivel que habíamos subido, y es que Toledo se encuentra situada en una colina de cien metros de altura sobre el nivel del río Tajo, que la bordea en su parte baja. Sin apenas darnos cuenta habíamos llegado a la Plaza del Zocodover, una animada plaza en forma de triángulo donde podemos encontrar varias terracitas donde tomar algo o la famosa pastelería Santo Tomé, que elabora sus dulces de manera artesanal siendo el mazapán su producto estrella. Desde ahí nacen dos importantes calles, la Calle del Comercio, en la que conviven las tiendas tradicionales con las marcas de moda, y la Cuesta de Carlos V, que llega hasta el imponente Alcázar, uno de los símbolos de la ciudad que acoge el Museo del Ejército.

Callejeando por las adoquinadas calles acabamos en la Plaza del Ayuntamiento, donde estaban montando un escenario y varias carpas para la fiesta de carnaval que se celebraban esa misma noche. No nos habíamos llevado disfraz y no entraba en nuestros planes, pero ya estuvimos en los carnavales de hace dos años y puedo aseguraros que el ambiente en todo el casco histórico es para vivirlo. Sobre esta plaza se levanta imponente la Catedral de Santa María de Toledo, una de las más importantes en España de arquitectura gótica. Nos quedó pendiente una visita a su interior porque seguro que merece la pena, pero no era un fin de semana de «visitas», sino de caminar dejándonos llevar por la ciudad…

Después de comer algo en el centro, donde hay una gran oferta de bares y restaurantes BBB (bueno-bonito-barato), continuamos perdiéndonos por las laberínticas y estrechas calles que seguían empeñadas en hacernos sentir en un pequeño pueblo medieval. Pero cuando llegamos a la escalera de Recadero, unas modernas escaleras mecánicas de seis tramos que comunican la parte alta de la ciudad con la baja, el enorme contraste hizo que se esfumaran de repente los caballeros armados que habíamos visto y nos devolvió de golpe a la época actual. Pero regresaremos de nuevo, seguro.

Para el alojamiento normalmente en nuestros viajes y escapadas elegimos hostels de mochileros y hoteles baratos, pero este fin de semana sería distinto. Muuuuy distinto. Sería en todo un cinco estrellas que está considerado como el mejor hotel de Toledo, el Hilton Buenavista, que nos abrió sus puertas y pudimos disfrutar de una estancia de auténtico lujo. Está situado a cinco minutos en coche del casco histórico, y no tenemos más que buenas palabras del servicio recibido e instalaciones del hotel. Nos ubicaron en una habitación de 47 m2 (medía lo mismo o más que el piso de muchos…), nos relajamos en una sesión hidrotermal en el spa, y al día siguiente disfrutamos de un desayuno buffet de ensueño que todavía se me cae la baba al recordarlo.

Así que si buscáis un hotel en Toledo en el que cuiden hasta el más mínimo detalle (imaginar mi cara cuando vi que en la habitación había… ¡una carta de almohadas!), o un pequeño capricho para pasar un fin de semana de relax o una escapada romántica, no puedo más que recomendaros este sitio. ¡No os defraudará!

Toledo. Febrero 2012

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12 Comentarios

    Otra opción interesante es la de conocer las «entrañas» de Toledo, la parte de la ciudad que ha ido quedando sepultada por los nuevos tiempos pero que se va conociendo gracias a las excavaciones arqueológicas o los «encuentros» inesperados cuando hacen obras en casi cualquier rincón de la ciudad: baños, silos, pozos… Otro punto de vista!

    Ya te digo lo del hotel :-) nuestra casa es bastante más pequeña… una cuarta parte menos! 38 metros cuadrados!! y no son todo habitación y baño, que también hay sala con cocina! jajaja
    Está bien darse un capricho de vez en cuando :-) buen recorrido por la ciudad

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      Y falta el baño que no se ve en las fotos… jajaja! Una pasada, y qué rápido nos acostumbramos al lujo oye :p

    Tengo familia en Toledo y he estado en muchas ocasiones, pero he hecho un reportaje fotográfico, la verdad que es una ciudad monumental que siempre me ha gustado, de mis favoritas en España. Muy buen relato.

    Eso sí, Toledo estupenda, pero el hotelito casi nada. Siempre está bien darse un capricho de vez en cuando jeje

    Saludos!!!

      Author

      Pues no tienes excusa para volver a pasarte por allí y hacerle un homenaje en tu blog ;). Y lo del hotel… sin palabras, yo creo que nunca había estado en un hotel tan lujoso, y la adaptación fue rápida fíjate :p

    Toledo es una ciudad que me fascina y siempre que puedo me escapo aunque sólo sea para cenar pero la próxima vez que vaya intentaré quedaré a dormir, MENUDO lujazo !!!

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      Perfectamente se puede hacer lo que dices Carfot, desde Madrid se tarda muy poco en llegar y se puede ir sólo para dar un paseo al atardecer y quedarse a cenar por allí

    Peazo hotelazo, eh!!!!! Hace ya 6 años de la última vez que estuve en Toledo, y tengo ganas de volver a ir porque es una ciudad muy chula y que teniéndola tan cerca de casa, no sé por qué no he vuelto.
    saludos

    Author

    Pues ya sabes M.C., para un finde que no tengas planes, escápate a Toledo que la tenemos a tiro de piedra jejeje. El hotel una maravilla :p

    Vale… ahora si que recuerdo el casco antiguo… y en la armadura que aparece en una de tus fotos tengo yo una de cuando tenía 10 años!!!

    Tenemos que hacer alguna escapada blogera por allí…

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