Welcome to Finland: Pasando un día en Helsinki
Que bueno es pasar una temporada fuera de España para aprender inglés, estudiar algo, vivir nuevas experiencias, conocer gente… Y también por qué no, que los amigos que se han quedado en España te hagan una visita, no? Pues eso es lo que hicimos mi amigo Javi y yo, ir a ver a Jose, otro colega que se encontraba estudiando ni más ni menos que en Finlandia, país que no se tiene la oportunidad de conocer muy a menudo. Aunque él estaba viviendo en Tampere (la segunda ciudad más importante del país) y allí pasaríamos la mayoría de los días, no podíamos desaprovechar la oportunidad de conocer la capital, Helsinki, y también la joya del báltico que se encuentra cruzando el golfo de Finlandia, Tallin.
Los vuelos a Helsinki normalmente rondan los 200 euros, y aunque los reservamos con tiempo no conseguimos rebajar mucho esa cantidad. Volamos con KLM, y la verdad que dan un servicio estupendo, nada que ver con las habituales compañías low cost a las que estoy acostumbrado. Salimos del aeropuerto de Madrid a las 06:00 y tras una escala de una hora en Ámsterdam aterrizamos en el aeropuerto de Helsinki Vantaa a las 13:05 hora finesa (una hora más que en España), en total unas 6 horas de viaje.
Durante el aterrizaje, cuando el avión descendió y atravesó la capa de nubes, vimos como desaparecía el sol y nos introducimos en un clima gris y frío, todavía con restos de nieve ya que se trataba del mes de marzo y las temperaturas oscilaban entre 1º y -3ºC, lo que no está nada mal para una ciudad que en los meses más fríos se alcanzan fácilmente los -15ºC. Para llegar al centro desde el aeropuerto utilizamos el autobús (no hay conexión de tren), tarda unos 40 minutos y nos costó 6,20 euros. Nos bajamos a la última parada, en la estación de trenes, que se encuentra justo en el centro de la ciudad.
La estación de tren de Helsinki pertenece al estilo «art noveau» y es en sí misma un punto de interés, destacando la gran torre del reloj, la puerta principal y las majestuosas estatuas de fuertes hombres que sujetan las farolas. La estación es muy curiosa, y si sumamos su color marrón y detalles verdes, le dan un aspecto como de decorado de cine, y me pareció como si estuviera en el escenario del espectáculo de Batman en el Parque Warner o algo parecido. ¡Mola!

No es Gotham City, es la estación de trenes de Helsinki
En la parte posterior a la estación está la Plaza Rautatientori, en la que se encuentran importantes edificios como el Museo Ateneum que alberga la mayor colección de arte de Finlandia, el Teatro Nacional o el Casino de Helsinki. Además en el centro de la plaza había montada una pista de patinaje sobre hielo en la que me sorprendieron algunos niños pequeños, se nota que allí es habitual y empiezan pronto a practicar porque patinaban con una soltura increíble.
A escasos 500 metros cruzando una calle llegamos a la Plaza del Senado, donde se levanta el principal símbolo de la capital finlandesa, la Catedral de Helsinki (Helsingin tuomiokirkko). Fue construida entre 1830 y 1852 como homenaje a Nicolás I zar de Rusia, por lo que su nombre fue Iglesia de San Nicolás hasta que en 1917 Finlandia firmó su independencia y cambiaron su nombre. Su color blanco como la nieve hace destacar sus cúpulas verdes con detalles dorados, y aunque no es muy grande se la puede ver asomar desde casi cualquier punto de la ciudad, además encontrarla elevada sobre una gran escalinata la engrandece más si cabe. En el centro de la plaza hay una estatua de Alejandro II de Rusia, y es que es omnipresente el «sabor soviético» no sólo en esta plaza sino en la mayor parte de los edificios e iglesias de la ciudad.

Iglesia en el centro de Helsinki, que bien podríamos encontrarnos en siberia.
De camino al puerto pasamos por la Catedral Uspenski, una de las catedrales ortodoxas más grandes de Europa, y al igual que la blanca Catedral de Helsinki, al estar algo elevada impresiona más aún al verla. Está construida en ladrillo rojizo con las típicas cúpulas verdes, y la niebla espesa que cubría en ese momento su parte superior le daba un toque lúgubre, que hizo que la recuerde misteriosa.
Justo al lado y pegada al puerto encontramos la Plaza del Mercado, que normalmente es uno de los lugares más vivos de Helsinki por sus puestos de artesanía y comida (donde se puede degustar el reno por ejemplo), pero que en el momento que llegamos lamentablemente estaba totalmente vacía. Ya que estábamos en el muelle, compramos los billetes para el ferry que va hasta la isla de Suomenlinna (ida y vuelta 2,20 euros), una de las visitas que se deben hacer casi obligatorias. La isla (o mejor dicho, el archipiélago, ya que se compone de varias islas) está cerca de la costa y se tarda 15 minutos en llegar, y las vistas de la ciudad según se aleja el barco son preciosas. Una vez allí, lo mejor es perderse caminando y visitar la antigua Fortaleza, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. No tengo fotos porque llevaba la cámara pequeña y al estar anocheciendo salieron fatal, pero merece la pena pasar una agradable tarde en este lugar.
Y por último, si tienes tiempo ya que has llegado hasta Helsinki, puedes dedicar al menos un día para cruzar el Báltico y visitar Tallin, la capital de Estonia. Es una bonita ciudad medieval que parece sacada de un cuento, y no nos la quisimos perder. Próximamente hablaré sobre ella… wink
Desde que estuve en Moscú le he cogido cierto cariño a la estética soviética, tiene algo que me encanta y se nota que en Filandia aún perduran ciertas reminiscencias de esta época.
Aunque no puedo evitar que me entren calores cuando veo estos relatos en que la gente sale tan abrigada xDDD
Saludos!!!
Y que lo digas, al pasear por algunas calles con esos edificios estilo soviético no parece que te encuentres en Finlandia, es raro jejeje. ¿Calores? Creeme, allí de eso pasamos poco jajaja! Un abrazo!
Pues os cundió el día en la capital finlandesa a pesar de que anochecía pronto!
Y menudo frío!! Cuando visite la ciudad tendrá que ser en verano porque con esos fríos, se me quitan las ganas de ir, jejejeje
Saludos
En verano se tiene que disfrutar más la verdad, pero también tiene su encanto ver la ciudad nevada ;) Saludoss
La verdad es que sí que está guay tener amigos en lugares tan chulos como Finlandia, jejejeje. Yo tengo muchas ganas de ir, me encantaría en Navidad pero creo que tendré que ahorrar bastante para poder ir para allá. Qué fresquito!!! Con el calor que hace ahora por aquí!!! Un abrazo. ;-)
Pero ya no me queda ninguno fuera… :( ¿Alguien por ahí que se vaya próximamente??? jejeje! Ya te digo, con los calores que estamos pasando viene bien leer esto ;p Un abrazo!
Que maravilla de país y más en este tiempo que hasta tengo frío de ver las fotos, jejeje. El viaje pinta muy bien con un comienzo espectacular, me imaginaba la ciudad un poco difrente y la verdad es que me ha encantado.
Un abrazo !!!
Si te ha gustado Helsinki, ya verás cuando os hable de Tallín… te encantará y te entrarán ganas de ir!! ;p
Un abrazo!
Pues a mí, Helsinki no me llama mucho la atención, me la imagino así como Bucarest, tan soviética… no sé no me terminan de convencer. Pero a Tallin y la zona de Laponia le tengo muchas ganas, eso sí, hay que ahorrar a base de bien.
Esperando que nos cuentes más.
Saludos ;)
Pues no conozco Bucarest, pero me la imagino bastante más fea que Helsinki jejeje! No es una ciudad bonita, pero tiene su encanto. Aunque Finlandia más que sus ciudades, es la naturaleza lo que la hace grade…. :)
Hace unas semanas en Ohrid, Macedonia, conocí a un finlandés el cual me habló fatal sobre Finlandia, su apagado ritmo de vida, su frialdad atmosférica y humana, su vacía monotonía… demasiado pesimista me dio la impresión. Probablemente tu amigo residente allí tenga una visión diferente, y no estaría nada mal conocerla!
Saludos.
Vaya, no estaba muy convencido el hombre jajaja! Supongo que es cuestión de gustos, hay finlandeses que están encantados con su país. La visión de mi amigo no es comparable a la de alguien que vive allí «de verdad», pero tampoco era tan mala. Yo personalmente, donde esté España… ;p
Pues como había comentado en algún mensaje de facebook… creo que al final iré a la ciudad desde Tallín… aunque yo no estoy muy por la labor porque, sincermanete, prefiero gastar esos dos días más por las bálticas. No se porqué… pero a Helsinki la tengo como ciudad de paso y no una para ir a verla… a no ser claro que sea este caso que fueras a visitar a un amigo. Por cierto… que me suena un montón tu amigo Javi… No se de que… pero me suena un montón…
Si vas a ir a Helsinki desde Tallín y quieres aprovechar más días en otro lugar, puedes ir en el primer barco del día y volver en el útlimo que sale bastante tarde, y en ese mismo día te da tiempo de ver lo más importante de Helsinki, ya que quizás dos días es demasiado pudiendo aprovechar para ver otras cosas… Tallín te encantará ;)
Te suena mi amigo?? Pues no sé, vete tú a saber porque el mundo es un pañuelo… se lo comentaré jejeje!
Hola!
Estuve también un día en Helsinki por motivos de trabajo y la verdad es una ciudad que me gustaría volver, a pesar de ser pequeña me comentaron que los pueblos de alrededor son preciosos.
Recomiendo almorzar en esos barcos-restaurante que hay en el puerto justo donde se coge el ferry a Tallin un delicioso salmon con salsa de pistachio. …????