Bruselas, viñetas de chocolate y cerveza
Ya han pasado tres meses desde que vistamos la región de Flandes, y hasta ahora en el blog sólo os había mostrado una pincelada del viaje con un vídeo de Brujas en dos minutos, mi primer vídeo editado que parece que gustó bastante. Pero ya va siendo hora de empezar a hablar más en profundidad de esta fantástica zona de Bélgica que tanto nos gustó, en este post comenzamos con la ciudad de Bruselas, en la que estuvimos un día completo al inicio del «tour» de tres días que hicimos por la región.
Como volamos con Ryanair (sí, nos gusta el riesgo jejeje) llegamos al aeropuerto de Charleroi, situado a 45 kilómetros al sur de Bruselas. Para llegar al centro de Bruselas utilizamos el autobús que va directo (no tiene pérdida, la parada está justo a la derecha al salir de la terminal), tarda unos 50 minutos y nos costó 13 euros. Sí, es un robo, pero los vuelos al aeropuerto principal de Bruselas eran mucho más caros siendo puente y nos compensaba pagar el vuelo a Charleroi más el autobús. Dependiendo de la época del año, la diferencia puede no ser tan grande y entonces interesa volar directo al aeropuerto de Bruselas, que tiene conexión al centro en tren por menos de tres euros.
El autobús nos dejó al lado de la estación Gare du Midi, compramos un abono de Metro de 24 horas por 6 euros y nos montamos en él para llegar a la parada De Brouckere, en la otra punta de la ciudad, ya que allí cerca entre ésta y la parada Gare du Nord estaba el hotel que habíamos reservado. Buscábamos algo céntrico y económico, algo que no es tarea fácil en Bruselas si queremos algo decente, pero el Max Hotel se ajustaba a nuestros requisitos. La noche nos costó 74 euros, en una habitación sencilla, pero limpia y confortable. Lo curioso del hotel es que es tipo «auto-servicio», es decir, al llegar hay una máquina en la que metes los datos de tu reserva y sale la tarjeta de la habitación. Hay una persona para atenderte si lo necesitas, pero vamos que puedes subir directamente a la habitación sin haber cruzado palabra con el recepcionista. Dejamos las maletas y no tardamos en salir, ¡Bruselas nos esperaba!
Como cualquier persona que llega a Bruselas por primera vez, el primer instinto es ir hacia la Grand Place atraídos como un imán. Así que nos dejamos llevar por ese impulso, y desde nuestro hotel teníamos un paseo de quince minutos en el que fuimos descubriendo una de las particularidades de esta ciudad: el cómic. Es muy divertido caminar por las calles y encontrarse con multitud de fachadas en las que hay pintados murales con viñetas de tebeos, y es que Bélgica es la cuna de ilustres dibujantes entre los que destacan los creadores de Los Pitufos, Lucky Luke, o Tintín.
Y guiados por la torre del ayuntamiento de 96 metros que se ve desde casi cualquier parte de la ciudad, llegamos a la Grand Place, una maravilla para la vista por sus innumerables detalles decorativos en las fachadas. Creo que no exagero si la meto en el saco de las plazas más bellas del mundo. Yo desde luego, de las que he podido conocer hasta ahora es de las que más me han cautivado, y la pongo entre mis favoritas junto con la Plaza del Mercado de Cracovia.
Aunque no sé por qué, me la esperaba más grande. Debe ser por las fotos que había visto de la gran alfombra de flores que la cubre cada dos años, y me hacía pensar en una mayor extensión. Pero igualmente resulta acogedora y da la sensación de estar en un decorado de una película. Para disfrutar bien de la plaza lo mejor es sentarse en cualquier rincón y apreciar cada detalle sin prisa, por algo está en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unsesco.
Al salir de la plaza, nos encontramos en el escaparate de una tienda una gran fuente de chocolate que nos hizo babear, y a partir de ahí a cada paso que dábamos encontrábamos nuevos comercios llenos de chocolatinas, bombones, dulces, gofres… Sí amigos, esta ciudad es el paraíso de cualquier adicto al dulce y más concretamente al chocolate como es mi caso. No hay que resistirse al chocolate belga, dejaros llevar por vuestro instinto…
Muy cerca de la Grand Place están las Galerías Saint Hubert, un pasillo techado lleno de tiendas con mucho glamour que venden desde chocolate hasta bolsos que cuestan un sueldo entero. No es nada del otro mundo pero merece la pena pasar a echar un vistazo.
Con el madrugón que nos habíamos pegado para coger el avión ya llevábamos unas cuantas horas danzando por ahí y para reponer fuerzas compramos unos gofres salados rellenos de jamón, queso y bacon y nos los comimos sentados en una especie de merendero (sí, aunque parezca mentira) que hay en una esquina de la Grand Place, ¡nos supieron a gloria!
Desde allí bajando por una de las calles que dan a la parte de atrás de la torre del ayuntamiento, cuando vimos a un grupo de gente nos dimos cuenta que habíamos llegado hasta el Manneken Pis. Digo esto, porque si no fuera por los turistas en corrillo hasta te lo pasarías de largo de lo pequeño que es. La estatua del niño meón, como también se le conoce, más allá de sus escasos cincuenta centímetros es el símbolo inequívoco de Bruselas, e incluso tiene un museo propio en el que se exhiben sus más de 650 trajes (bueno, trajecitos). Muchos días del año coincidiendo con fechas especiales o eventos, os lo podéis encontrar vestido, nosotros lo vimos con una especie de venda que le cubría toda la cabeza en la que se leía la frase «Lumière pour le monde» con motivo de la jornada mundial de la vista.
Pero el niño meón no está sólo, tiene una compañera llamada Jeanneke Pis, situada no muy lejos de allí pero algo escondida. Esta además dentro de una calle muy estrecha y en ésta hay una valla roja tras la que se esconde para hacer hacer sus necesidades. Si queréis encontrarla, más fácil preguntar por la cervecería más famosa de Bruselas, ya que está en la misma puerta.
El Delirium Cafe. Esta cervecería es el sueño de cualquier cervecero. Toma el nombre de la Delirium Tremens, una cerveza belga con su incofundible símbolo del elefante rosa que en 1998 fue nombrada mejor cerveza del mundo. La decoración del local es una pasada, está lleno de carteles, chapas, bandejas, barriles y todo tipo de artículos de diferentes cervezas. Como llegamos justo antes de la hora de comer, no había casi nadie y estuvimos tranquilos, pero por la noche se convierte en uno de los locales más concurridos de la noche bruselense.
Nos atendió un camarero que hablaba español porque tenía un amigo de Vigo, que nos comentaba como veía desde fuera la situación que se está viviendo en España y nos mencionaba la repercusión que estaban teniendo las manifestaciones. Pero no habíamos ido allí a hablar de política, si no a beber cerveza. Yo me pedí una Delirium (la de la casa), y María una cerveza de cactus, que por lo que nos comentó el camarero en este bar es el único sitio del mundo donde la venden. Además el tío era muy majete y se tiró el rollo con nosotros, a parte de la consumición que pedimos cada uno, nos sirvió un par de copas pequeñas para que probáramos otras cervezas diferentes. Y es que es difícil elegir cuando tienes en tus manos la carta de cervezas con más variedad que existe, este bar ingresó en el libro Guinness de los Records por ser el local con más tipos de cerveza del mundo, con 2004 variedades.
Teníamos pensado probar en algún restaurante los famosos mejillones (o moules), pero se lo habíamos comentado al camarero del Delirium y nos dijo: «-Sois españoles, mejores mejillones que los de allí no vais a encontrar en las calles de Bruselas…». Y pensamos: «-Pues tiene razón», vaya tontería! Además los sitios que habíamos visto eran caros y creímos que no merecía la pena, así que acabamos en un sitio de comida rápida comiendo algo barato. Por la tarde decidimos acercarnos a ver el Palacio de Justicia, pero cuando salimos del metro nos encontramos la cúpula en obras, y para colmo estaba cerrado y no pudimos ver el interior, que habíamos leído que era impresionante. Mala jugada, porque el tiempo en ir hasta allí lo podíamos haber invertido en otros sitios que no nos dio tiempo a visitar… otra vez será.
Pero no podíamos quedarnos sin ver el Atomium, ese átomo gigante de hierro que fue el símbolo de la Exposicón Universal de Bruselas en 1958. Impresionante. Aunque se encuentra alejado del centro (unos 40 minutos, Metro: Heysel), es todo un emblema que hay que visitar. Dimos un paseo por el parque de alrededor para verlo desde diferentes ángulos, aunque también se puede subir y visitar el interior. Aunque desde arriba las vistas de toda la ciudad tienen que ser buenísimas, nosotros no lo vimos porque la entrada de 11 euros nos pareció excesiva.
Para terminar la jornada volvimos al centro para ver la Grand Place iluminada, pero para nuestra sorpresa la fachada principal estaba apagada. Aún así la plaza está preciosa por la noche.
Aprovechamos para hacer algunas compras para la familia y darnos el último capricho goloso antes de volver al hotel, había sido un día intenso y teníamos que recuperarnos para el día siguiente.
Al tener un sólo día tuvimos que prescindir de ir otros sitios como el Palacio Real, el Palacio del Cincuentenario o Notre Dame du Sablon, pero con el tiempo que teníamos era imposible abarcar más y con lo que vimos nos llevamos una visión bastante completa de la ciudad. A la mañana siguiente madrugamos para coger el tren que nos llevaría a Brujas y seguir con nuestra ruta por la región de Flandes. Nos esperaba una ciudad de cuento, pero eso será en el próximo post…
Más info:
– Hoteles en Bruselas
– Turismo de Flandes
¡Cielos! Sólo con ver los gofres me han entrado unas ganas tremendas de ir a Bruselas! :D
Me encanta que la ciudad esté decorada con personajes de cómic, a ver si este año me escapo allí finalmente.
Isabel, con lo que te gusta el dulce te volverías loca en Bruselas, hay tiendas de chocolate por todas partes!! jajaja!
Llevas mucha razón al decir que todos vamos de cabeza a la Grand Place. Yo pensaba que no me iba a gustar (porque no soy muy barroca) pero es que es impresionante. Todos los días pasábamos por ella.
Y ¿qué decir del chocolate belga? Menos mal que no vivo allí… porque telita como estaría de fondona, jejeje
Un gran post. Tenías trabajo acumulado, ¿eh?
Un saludo ;)
A que si? Es inevitable no empezar la visita a Bruselas por la Grand Place! Bufff yo igual que tú, si viviera allí creo que pesaría 100 kilos jajaja! Y sí, tenía trabajo acumulado, espero ir poniéndome al día poco a poco… ;)
Que curioso lo del hotel autoservicio, no lo había escuchado nunca, salvo los love hotel que hay en Tokyo que funcionan de una forma similar.
La verdad que Bruselas es una ciudad bastante interesante y de las típicas que se pueden patear bien, esas galerías de graffities por todos los barrios y su espectacular plaza son motivos más que suficientes para visitarla.
Saludotes!
Pues supongo que el funcionamiento con los love hotel es el mismo, sólo que este era un hotel normal, eh? lo juro! XD
Lo del chocolate Belga es por demás, menudos escarates, tengo la misma foto de la fondeu!!
La Grand Place es una preciosidad, yo la ví en navidad y con el árbol , las luces y la música es una pasada…
Espero el resto del viaje ;)
Esa fondue… quien pusiera la boca debajo jajaja! Que suerte, en navidad tiene que estar preciosa la ciudad!
Que voy a decir yo de Bruselas, mi segunda casa… Enamorado confeso de ella ya lo sabéis muchos!! Lo del palacio de justicia es una pena, pero desde el 2009 lleva en obras, así que tranquilo, que va para largo…jeje :-)
Bonitos recuerdos me traes!!
A ti poco te voy a descubrir de esta ciudad Xipo, que la conocerás como la palma de tu mano. Pero bueno me alegro si he conseguido hacerte recordar buenos momentos jejeje!
Yo tengo Bruselas muy reciente, jeje, aunque apenas tuvimos tiempo de recorrer la ciudad, tuvimos que hacer un paseo expres por el centro aunque nos dió tiempo a ver bastantes cosas. Sinceramente esperaba algo más, igual las prisas no nos han dejado disfrutarla como pensabamos… Incluso la visita al Atomium fue una aventura, llegamos, aparcamos en doble fila, hicimos cuatro fotos y salimos corriendo hacia el aeropuerto! Pero en general ha sido un viaje muy divertido! Eso sí, en esta ocasión creo que me ganas con las fotos, ni en Bruselas ni en Gante hemos visto un rayo de sol…
Me quedo con la Grand Place, impresionante! Y por supuesto con las cervecerías y chocolaterías :D
Nosotros sólo estuvimos un día, pero fuimos tranquilos disfrutando de la ciudad y de los lugares más emblemáticos. Si te gano en las fotos efectivamente será por que tuvimos más suerte con el clima, y aún así no se yo… ;)
La verdad es que yo cuando estuve en Bruselas me puse como el kiko de dulce, qué rico está todo y además es muy difícil poder resistirse aunque también destaco las cervezas belgas, esa de cactus no la encontré, entre todas las que había como para saber como se dice cerveza de cactus en belga, jejejeje. Eso sí, la Morte Subite de frambuesa está de vicio!!! Qué suerte ver el Atomium sin niebla, yo tengo fotos en las que se distinguen unas bolas gigantes pero no se sabe muy bien como son de grandes de la niebla que había!!! Un abrazo para los dos. ;-)
Nosotros tambien nos pusimos finos de chocolate :P La cerveza de cactus la encontramos hojeando la carta, casualidad porque es un tocho de libro de cientos de páginas jejeje!
Nos ha encantado el post, los detalles, las fotos y vuestra vivencia. Sin duda habéis reflejado la esencia de la ciudad y esperamos volveros a ver bien pronto ¡Saludos y muchas gracias por compartirlo! :)
Me alegro mucho que os haya gustado! Es un placer que la Oficina de Turismo de Bruselas se pase por mi post y deje un comentario :) Un saludo!
Pues yo creo que tengo que volver a Bruselas si o si… y creo que sería un destino estupendo para hacer una quedada con los amigos… asi que ya se irá hablando. Me quedaron por ver infinidad de cosas porque simplemente estuve unas horas allí. Y lo que más me jode… No me pude liar a tomar cervezas porque iba con el coche y no era plan, así que difinitivamente, tengo que volver… sin coche.
Víctor, no se hable más… Hay que hacer una quedada en Bruselas YA! No puede ser que no pudieras disfrutar de la cerveza belga… ;)
Estuve en Bruselas hace un par de años durante un interail, Belgica es un país espectacular, a(unque yo prefiero regiones como Brujas o Gante) y estoy totalmente de acuerdo contigo con lo del Manneken Pis, estuvimos dos días preguntándonos el porqué de tanta fama y cuando por fin lo encontramos fue por el corrillo de gente que se forma alrededor. En cuanto a las Galerías Saint Hubert pasamos por al lado y no nos percatamos de su exitencia (nuestra guía no las mencionaba). Así que leer tu artículo ya me ha dado una razón más para volver a Bruselas.
Yo también hice un interraíl (aunque no era este viaje), y es una experiencia inolvidable, verdad? Siempre hay razones para regresar a una ciudad, y es que no siempre podemos ver todo lo que ofrece… A Bruselas hay que volver!! :P
Me encanta Bruselas, estuve un mes en Lovaina e iba cada dos por tres, la Grand Place me parece una maravilla. Muy chulas las fotos, y otra a la que le han dado unas ganas terribles de pillar un gofre de esos o unis cuantos bombones, uno sabe a poco, jeje. Espero vuestra visita a Brujas. Un saludo!
Lovaina también mola, eh? A mí me pareció una ciudad ideal para hacer una escapada desde Bruselas, la plaza es preciosa!
Hola Dany,
Estoy empezando a preparar mi visita a Bélgica. Me ha encantado la entrada y me he quedado muerta, a esta hora de la mañana al ver semejantes gofres.
Un saludo y por aquí seguiré.
Mmmmm que ricos los gofres! :D Disfruta de tu viaje a Bélgica, cualquier cosita aquí estamos ;)
Muchas gracias por compartir con vuestros lectores algunos de los principales atractivos de la capital belga. Sin duda, hicisteis una muy buena elección a la hora de realizar vuestro recorrido. Las imágenes que ilustran el post son fantásticas. ¡Saludos!
Me ha encantado viajar con vosotros a Bruselas. Fisicamente nunca he estado. Gracias a vosotros y a vuestras estupendas fotos me he comido ricos chocolates, he visto palacios increibles,me he tomado una deliciosa cerveza en el Delirium café, he conocido la Grand Place…GRACIAS POR ESTE VIAJE APASIONANTE
Muchas gracias Lucía, un placer haberte hecho viajar virtualmente hasta Bruselas! Ahora sólo te falta vivirla en persona, te encantará ;)
Sí es cierto que dan ganas de viajar viendo vuestro post y vuestras fotos tengo pendiente volver y espero que sea pronto