Breve (pero intensa) visita a Londres

Londres, primer destino de nuestra vuelta al mundo. Aunque más bien lo podemos llamar escala, ya que sólo tuvimos un día para ver esta gran ciudad que por unas cosas u otras nunca antes habíamos visitado. Llegamos al aeropuerto de Gatwick, desde el que cogimos un tren que nos llevó hasta el centro de la ciudad (no coger el Gatwik Express porque es más caro). Para aprovechar compramos la Day Travel Card que nos servía para ese trayecto y  luego también para movernos por allí en Metro y autobús para llegar a nuestro alojamiento. Ya empezamos a darnos cuenta de lo caro que es el transporte en Londres, bueno, en realidad todo es caro, los hoteles, la comida, las atracciones… Menos mal que nos quedamos sólo un día jejeje.

Nos alojamos en un apartamento chulísimo gracias a GowithOh en el centro de Londres (una opción la de los apartamentos muy a tener en cuenta porque puedes cocinar y ahorrar), estaba cerca de la parada de metro de Holborn. Teníamos cocina, un pequeño salón, baño y una habitación con cama grande, era pequeño pero justo lo que buscábamos, además decorado muy bien y muy acogedor, nos sentimos como en casa. Como llegamos tarde el primer día no hicimos mucho, así que compramos una pizza en el super de al lado y cenamos allí, nos fuimos pronto a descansar que al día siguiente aprovecharíamos bien el día.

El domingo por la mañana nos fuimos hasta Trafalgar Square, uno de los puntos más bulliciosos de la ciudad, pero nos dimos cuenta de que era excesivamente bullicioso… Y resulta que justo había una carrera popular y estaba todo a reventar de gente! Para hacer tiempo y que se despejara la zona un poco, nos fuimos hasta Buckingham Palace, la residencia de la reina y su marido. Allí pudimos ver a los característicos guardias marcando el paso aunque no vimos el cambio de guardia (cuando estuvimos en Bulgaria si pudimos ver uno).

Volvimos de nuevo a Trafalgar Square y ya estaba despejado de gente, aunque las calles seguían cortadas y pudimos llegar hasta el Big Ben por medio de la carretera porque no había tráfico, una gozada. El imponente reloj impresiona desde abajo, y luego desde el puente junto al Palacio de Westminster (el Parlamento) ambos forman un conjunto precioso.

Para comer queríamos probar el típico fish & chips (pescado con patatas), entramos a un local y nos dimos cuenta de que si lo pedías para llevar era más barato que comerlo allí sentado en la mesa, así que nos lo llevamos y comimos en una plaza al lado del London Eye. Nos salió por 8 libras cada uno la ración con bebida, vuelvo a recalcar lo caro que es Londres. Una vez terminamos, nos fuimos al London Visitor Centre a recoger unos pases para ver la ciudad con el bus turístico, una manera fácil y rápida de hacernos una primera visión de la ciudad, porque cuando piensas en que visitar en Londres en un sólo día es difícil abarcarlo todo, así que aprovechamos y pasamos por lugares como Picadilly Circus, el edificio The Shard (es el más alto de la UE) o la Catedral de San Pablo.

Nos bajamos en la parada del Tower Bridge, otro de los símbolos de Londres. No confundir y llamarlo London Bridge, ya que ese es otro puente distinto, el Tower Bridge toma el nombre de la Torre de Londres, la fortaleza que se encuentra al lado. Las dos grandes torres del Tower Bridge se pueden visitar por dentro, y ver levantarse el puente levadizo tiene que ser todo un espectáculo, pero no tuvimos la suerte de verlo.

Desde allí nos montamos en un barco para hacer un crucero de treinta minutos por el río Támesis (está incluido con el billete del bus turístico), así que disfrutamos del paseíto viendo las dos orillas con la brisa en la cara, hasta que llegamos a los pies del London Eye.

No teníamos pensado montar en el London Eye porque nos parecía bastante caro (unos 22 euros por persona), pero el día de antes de salir de viaje nuestros amigos Inés, Almu y Jesús nos regalaron las entradas que las habían reservado por internet… menuda sorpresa nos dieron! Así que allá que nos fuimos a montarnos en esta pedazo de noria de 135 metros. Aunque antes entramos a un cine que hay en las taquillas porque la entrada incluye una peli de tres minutos en 4D sobre la noria.

Es una de las atracciones más visitadas de Londres, y después de haberlo hecho os digo que es totalmente recomendable si os llega el presupuesto. Las vistas son espectaculares, y más cuando la cápsula llega hasta arriba del todo. El movimiento casi ni se nota, de hecho se tarda media hora en dar la vuelta completa y la noria no para, hay que subir y bajar en movimiento. Y así terminó nuestro día en Londres, nos fuimos pronto al apartamento porque al día siguiente teníamos el vuelo tempranísimo con destino New York. Íbamos a haber quedado con una amiga, ya se sabe que Londres está lleno de españoles que se marchan a aprender inglés fuera de España (también se puede aprender online como en esta página), pero estábamos cansados y queríamos descansar porque el madrugón sería importante.

Era  nuestro primer vuelo largo del viaje y con el que empezábamos a usar el billete de la vuelta al mundo, pero se torció un poco… En el mostrador no encontraban el billete de María en el sistema y nos tuvieron esperando cuarenta minutos, y para colmo cuando entramos nos pararon en el control de equipaje y estuvimos esperando media hora a que revisaran el equipaje de mano, que por lo visto llevábamos un artefacto super peligroso para la integridad de todos los pasajeros… Pero cuando por fin lo revisaron y se dieron cuenta de que no era así, ya era demasiado tarde y llegamos a la puerta de embarque cuando estaba cerrada! Menos mal que vieron que había sido culpa suya y nos pusieron en otro vuelo tres horas más tarde. Así empezamos el viaje, con emociones fuertes jejeje.

Las próximas noticias ya desde New York, la ciudad de los rascacielos que nos está encantando. Os recordamos que ya estrenamos nuestra sección Come Destinos TV con el primer vídeo, que tenemos todos los posts en el Índice RTW y que nos podéis seguir a través de Facebook, Twitter e Instagram ;).