Milford Sound desde fuera, en barco y en kayak
Hay lugares de ensueño de esos que inspiran nada más verlos por primera vez en un vídeo o fotografía y sabes que algún día tienes que visitarlo, pasando a formar parte inmediatamente de tu lista de deseos como viajero, y Milford Sound es uno de ellos. Este fiordo que a primera vista puede parecer formar parte de los impresionantes paisajes de Noruega, se encuentra algo (bueno, mucho) más lejos, nada más y nada menos que en Nueva Zelanda. Os garantizo que en NZ hay bastantes sitios inspiradores como los que me refiero, pero para mí este del que hoy os hablo es el más especial que encontramos en el país kiwi.
Milford Sound es un fiordo que está dentro del Parque Nacional Fiordland en la isla sur de Nueva Zelanda, y es parte de la zona Te Wahipounamu declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Si piensas en cómo llegar a Milford Sound desde Queenstown, la distancia es de 300 kilómetros, y aunque es desde donde salen la mayoría de excursiones organizadas, me parece que no merece la pena hacerlo así y si se tiene tiempo recomiendo hacerlo con calma pasando la noche en Te Anau, el pueblo más cercano situado a 120 kilómetros, y salir por la mañana temprano.
Y no fue porque nuestra Vanette del 97 fuese lenta (que tiraba de maravilla), el hecho de que tardáramos casi cuatro horas en llegar desde Te Anau en lugar de hora y media que hubiera sido lo normal, fue porque la propia carretera que lleva hasta Milford Sound es ya de por sí un grandísimo atractivo. Por eso es mucho mejor hacerlo por tu cuenta y poder parar lo que te da la gana por el camino, conducir atravesando estos paisajes montañosos de postal es parte del encanto.
No hace falta explicar el significado del nombre de los Mirror Lakes, verdad? wink
El Túnel Homer atraviesa en un sólo sentido una pared rocosa de 1,20 kilómetros, pero mientras esperamos nuestro turno para que el semáforo se ponga en verde contemplamos decenas de cascadas que bajan de las nieves que aún quedan intactas. Esta parte de la carretera en invierno (junio-agosto, recordad que estamos en las antípodas) se pone bastante fea por las avalanchas y son frecuentes los cortes, aunque nosotros por suerte no teníamos que preocuparnos por esto.
Llegamos a Milford Sound y lo primero que hicimos fue reservar una noche de alojamiento en el Milford Sound Lodge, un complejo que cuenta con pequeñas habitaciones de lujo (295$ doble/noche), dormitorios compartidos tipo backpacker (33$ persona/noche) y sitios de camping para tienda de campaña o aparcar la furgoneta (22$ persona/noche). Esta última opción fue la que escogimos, ya que no hay opción de dormir con la campervan en otro sitio porque no hay nada más en Milford Sound (ni otros hoteles-campings, ni tiendas… ni cobertura, ná de ná) y el único parking que hay fuera está vigilado bajo multa por pasar la noche. Así que si se quiere pernoctar no queda otra que pasar por el aro, al menos teníamos ducha de agua caliente y una cocina muy equipada.
Dimos un paseo por la orilla del fiordo y por fin pudimos ver la imagen que estábamos esperando, aunque los cientos de mosquitos (conocidos como sandflies) que hay allí nos devoraban literalmente. A las 15:00 teníamos hora para navegar por el fiordo en un mini-crucero, hay varias empresas que lo hacen pero escogimos Juicy por ser la opción más barata, sale por 70$ por persona.
Salimos puntuales y no dábamos crédito del pedazo de día soleado que teníamos, Milford Sound tiene fama de ser uno de los lugares más lluviosos del mundo (por algo está todo tan verde, claro) y se deben contar al cabo de un año con los dedos de la mano días como el que disfrutamos.
El barco llegó hasta el final del fiordo que después de 15 kilómetros se abre al Mar de Tasmania y pasamos por unas cuantas cascadas, paredes de roca de más de mil metros de altura incluso una pequeña colonia de focas. Se nos pasó volando la hora y media que duró el paseíto, y fuimos valientes y nos quedamos en cubierta cuando el barco se acercó a la gran catarata, ¡nos empapamos pero fue brutal!
Por la tarde nos acercamos hasta la orilla del fiordo para ver el atardecer, una de las razones por las que decidimos quedarnos a pasar la noche en Milford Sound. Los colores azules del cielo poco a poco se van cambiando a naranjas y los grandes macizos The Elephant (1517 m) y Lion Mountain (1302 m) se reflejan en el agua formando un paisaje precioso. De nuevo las puñeteras sandflies se empeñaban en estropearnos el momento (teniéndonos que meter en la furgo de vez en cuando de lo insoportable que llega a ser) pero aguantamos como jabatos y disfrutamos de uno de los atardeceres más mágicos que contemplamos en nuestra vuelta al mundo.
Al día siguiente rematamos la faena y vimos Milford Sound desde la única perspectiva que nos faltaba: desde abajo. Hicimos kayak en una actividad que aunque fue durilla mereció totalmete la pena (Fiordland Wilderness Experiences, de 90$ a 145$). Escogimos la excursión de 6 horas, y después de algún que otro contratiempo hasta que nos hicimos con el manejo del kayak (casi nos lleva por delante un barco… ejem), recorrimos una parte acercándonos a las cascadas, remando pegados a la orilla de paredes verticales y cruzando a lo ancho el fiordo teniendo unas vistas privilegiadas. Teníamos ganas de darle al remo y sin duda este lugar es de los mejores para lanzarse a la aventura por el espectacular entorno.
Espero que os haya gustado el post y os inspire de la manera que comentaba al principio. Y como sé que os he dejado con la miel en los labios y con más ganas de Nueva Zelanda, para quitaros el mono podéis ver el vídeo que grabamos de todo nuestro viaje durante un mes y medio recorriendo el país. ¡We love NZ!
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10 Comentarios
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Madre mia, 6 horas rema do!!! A mi me da un telele, jejeje. Eso si, tiene que ser espectacular, cuando vayamos sin lugar a dudas seguiremos tus consejos y bos quedaremos una noche alli, bueno, os copiaremos el recorrido salbo el kayak, jejeje
En realidad entre que nos vestimos, nos dieron explicaciones los guías, y quitando la comida, el remar se queda en la mitad jajaja! Así que no tenéis excusa para probarlo!! ;)
¡Qué alucine! Ojalá un viajecito pronto a Nueva Zelanda… Supongo que la experiencia de estar casi dentro de la cascada sería genial :) ¡Y qué fotazos!
Lo de la cascada fue muy divertido, y nos empapamos!! Muchas gracias por lo de las fotos :D
Que pasada de lugar! Me apunto lo del kayak porque debe haber pocos sitios en el mundo mejores que éste para hacerlo :D
Teníamos ganas de hacer kayak algúna vez y cuando llegamos aquí dijimos… este es el sitio!!
Espectacular, menudos paisajes, el año pasado en el TBM ya probamos los kayak y está claro que si vamos por allí nos probaremos nuevamente, porque eso de ir por el fiordo a nuestro ritmo tiene que ser una pasada :D
¡Saludotes!
Si ya lo has probado seguro que le pillas el tranquillo pronto, remar bajo esos pedazo de acantilados y paisajes es brutal! Saludos!!
Nosotros vamos ahora en navidades y solo tenemos un dia para gastar ahí.
Asi que solo podremos hacer paseo en Barco o bien Kayak…. cual aconsejarías??
Depende de tus gustos Carlos, si te gusta el deporte y aventura sin duda te recomendaría el kayak, si quieres algo más relajado el paseo en barco es ideal, además llegas hasta el final del fiordo. Ya nos contarás por cual te decides ;)